Casa en la costa

Casa en la costa

Anotaciones:
Las casas de hoy tienen un espacio limitado: dimensiones mínimas para gastos mínimos.
Las casas de hoy no tienen techos muy altos ni pasillos largos.
Las casas de hoy necesitan aberturas fluidas y flexibles.
Las casas de hoy a veces rechazan oropeles, frescos, cuadros y alfombras, cosas de otros tiempos: deben permitir fluidez, rapidez y ahorros inesperados.
En las casas de hoy crecen agregados ilegales, generando organismos deformes y dilatados e insidiosas proliferaciones legalizadas.

Pero, en realidad, las casas de hoy necesitan estar bañadas de luz, ¡porque a menudo son oscuras!

Primer encuentro. Junio de 2014

La primera reunión-visita tuvo lugar alrededor de las doce de la mañana de un día cálido y soleado de principios de verano.
Nos sentamos en el salón a tomar un café. Es una casa de 90 metros cuadrados con 40 de terraza. Mientras conversamos, treinta focos halógenos empotrados en el falso techo apuntan a nuestros rostros y palabras y a nuestros cuerpos ya recalentados por el bochorno de unos treinta y dos grados con una humedad altísima. Pido apagarlos pero la penumbra nos embiste multiplicando la incomodidad, el malestar.
No me consuela la idea de que la incomodidad se haya extendido como un virus en muchos de los hogares italianos, principalmente de los años setenta y ochenta.
Hogares concebidos con la ilusión del espacio y sin calidad arquitectónica, construidos ‘en previsión de’, para luego ser transformados, ampliados y expandidos al exterior todo lo que se pueda en el momento oportuno. Reflexiono sobre esta chapucería italiana y sobre este tipo de edificios, sometidos a tales transformaciones y amnistías del estado. Las mismas leyes que desvarían, a veces, legislando contradicciones:
lo importante es ocupar, generar lugares amplios en metros cuadrados, aunque sean deformes, ¿y qué más da que sean oscuros?

«Vivir», escribe Georges Perec, «es moverse de un espacio a otro, tratando en lo posible de no lastimarse demasiado».

Reflexiones sobre la palabra: amplio
Es una respiración profunda, oxigena los pulmones y regenera la mente.
Libre de vínculos rígidos y sin sentido, construidos para encerrar vidas prefabricadas. La amplitud está en la luz que se pierde en el interior de la materia y en sus detalles.
La amplitud es un diálogo abierto sobre lo inesperado o una bella historia generada por una imagen, está en el aire, en el aliento entre los objetos de una casa.
Y el aliento entre los objetos es la luz.
Amplio: ¡no se mide por metros cuadrados!

Génesis:
A partir de estas consideraciones se genera mi trabajo en la Casa de la costa norte de Roma de un joven matrimonio con su hija.
La petición más importante es racionalizar los espacios, liberándolos de la oscuridad y los añadidos para amplificar el resplandor de la luz natural, pero sobre todo volviendo a dar sentido a la palabra ‘amplio’ anclándola a la poesía de la materia y la luz.

Esta es una casa diferente.
Siempre he trabajado a partir de la interpretación de la ciudad, del barrio; sin embargo, aquí nos encontramos con una estratificación urbana sin identidad e historia, salvo la de pertenecer a un período de gran especulación urbanística que caracterizó los años 60-70.
He replanteado la casa, a veces con impaciencia, utilizando el color y los fragmentos de texturas dispersos para suplir la necesidad de espacio y luz.
El uso del mármol ‘Calacatta oro’, material de conexión en todos los espacios -y huecos- les ha devuelto profundidad, los ha embellecido y destacado. Por ejemplo en el rincón del comedor con la boiserie irregular que se alterna con aplicaciones doradas o en los rodapiés-frisos de las zonas de paso, en los umbrales verticales que delimitan el paso o en los grandes recuadros que revisten los baños.
En este interior se circula por inéditos paisajes cambiantes no dominados por los objetos, sino por el espacio mismo.

El umbral de entrada, como siempre un tema en el que profundizar, está marcado por una alfombra de mármol.
En vertical, una hornacina contiene baldas con agujeros descentrados:
abajo para paraguas, arriba para artículos de uso diario (un fular o una bufanda).
Los retales de los agujeros se convierten en pomos para puertas grandes o percheros.
La definición horizontal de la casa la lleva a cabo la madera de roble, con lamas de diseño de diferentes longitudes, dos alfombras de resina de diferentes medidas y aplicaciones de mármol.
Es un interior transformable, diseñado como un espacio fluido y en movimiento.
Ofrece pasos alternativos delimitados por los fuertes trazos de las dos alfombras amarillas, fosas reflectantes de alegría y luz: simulan el cruce de paredes, cosiendo los ambientes en la tela existente, como si fueran remiendos, devolviéndolos a la persona y a su movimiento:
las zonas de paso son muy importantes, acogen el dinamismo de este pequeño núcleo en continua evolución

La definición vertical se destaca con rodapiés-frisos en paredes blancas.
Los trazos en las paredes son en realidad trazos primitivos y por tanto heterogéneos en forma, material, color y tamaño, dibujando visiones igualmente combinadas dentro de los espacios de la casa (mármol o contrachapado marino gris en las paredes y verde en las alfombras).
Son todas piezas únicas, de diseño, con cortes a inglete en los lados (a 75 y 45 grados), pensadas para devolver la tridimensionalidad al material que aquí no descansa sobre las paredes, sino que parece brotar de ellas, ahora amplificando su perspectiva, ahora deslizándose sobre las zonas de paso para enmarcarlas.
En los dos baños, las grandes placas se convierten en el fondo de la ducha o en el revestimiento de los sanitarios.
Mirando hacia arriba, un cable eléctrico negro subraya el movimiento y acompaña la mirada, enmarcando los espacios hasta convertirlos en luz.

El pasillo (doble) creado por el armario también conduce al dormitorio principal.
El mueble de almacenaje se diseña como un objeto que genera un espacio fluido polivalente para albergar un gran contenedor, pero al mismo tiempo ser un espacio útil o un ropero para los invitados cuando sea necesario.
El juego de apertura de las dos puertas es un punto fuerte del proyecto:
es un diafragma que en las varias conformaciones delimita el perímetro de las zonas de paso, entre el espacio público y el privado, ocluyendo y abriendo las puertas refleja espacios, objetos y personas en el espejo.
Así he reforzado los conceptos primarios en los que he basado toda la reforma:
sustracción, amplificación, descomposición y estratificación.

Arquitecto/a Nicola Auciello
Cuando 2015
Dónde Roma